El vehículo en suscripción se consolida en España, precisamente en una sociedad con una arraigada tradición por la compra de vehículos, con el coche familiar o el pequeño utilitario en la gran ciudad, la economía de la suscripción empezó a implantarse tras la consolidación del renting en las empresas, el cual, poco a poco ha ido utilizándose cada vez más por los particulares.
Según el nuevo Estudio de la Movilidad del Futuro de Europcar Mobility Group, el 54,4% de los españoles se plantearía cambiar su coche por un modelo de suscripción. El segmento de jóvenes menores de 35 años es el que más apuesta por este sistema, con un 58,5%.
Nos alejamos del concepto de propiedad, pero no dejamos de tener un compromiso a medio plazo, de 4 o 5 años, en los que, por una parte, nos endeudamos, y por otra, disponemos de nuestro vehículo, lo utilicemos o no.
Necesitamos adaptarnos a las situaciones y necesidades, con flexibilidad y sencillez, en la contratación y en el pago, disminuir gastos fijos asociados, de mantenimiento, de seguros, o imprevistos, que tienen el don de aparecer cuando el periodo de garantía ya ha acabado
Este mismo mes de junio, la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos (GANVAM) presentaba como conclusión en su informe “El impacto MADE en la venta y la posventa”, que en apenas diez años (para 2030) el 67% de los vehículos vendidos se destinarán a servicios de movilidad por suscripción, y el 100% de los vehículos de menos de cinco años estarán conectados.
Empresas de vehículo e suscripción
En 2017 nació Bipi, la primera empresa que ofrecía un modelo de suscripción para coches, y en sólo cuatro años ha sido adquirida por Renault tras consolidarse en el mercado con una flota de más de 10.000 vehículos.
Fue la primera, pero no la última, ya que el resto de los actores que participan en el sector, desde el propio concesionario, la empresa de renting, alquiler, VTCs, o las empresas de servicios como aseguradoras o talleres, hasta los propios fabricantes de vehículos, se han subido al carro de la suscripción. Hoy en día, incluso compañías de energía como EDP Mive, ofrecen su coche eléctrico en suscripción.
Así, hemos visto a la empresa de alquiler Sixt presentar su programa de suscripción Sixt+, Northgate con su línea Flexing, o recientemente a Leasys con su programa de CarCloud. Pero al igual que Bipi, las nuevas plataformas digitales son 100% suscripción, como Wabi, Hello Move, Transvia Go, Fleeet, Astara Move, Subscar, Amovens, Free2Move, o Revel, con una flexibilidad total enfocada a cliente final.
Los principales fabricantes, conscientes de que el coche es el chasis digital de los ciudadanos para interactuar en un escenario de movilidad como servicio, han lanzado sus propias líneas de suscripción, como Care by Volvo, Link & Go, o Mocean de Hyndai, ya operativa en Madrid y Barcelona. Esta situación no es más que el preámbulo que nos deparan la mayoría de marcas para los próximos meses, con soluciones y servicios ya testeados en otros países de nuestro entorno que ya disponen Mercedes, Fiat, KIA o Audi, entre otros .
Empresas de servicios asociados a vehículo en suscripción
No podían ser menos los servicios asociados, y así, empresas como Midas han transformado sus ofertas de mantenimiento a suscripciones mensuales con diferentes coberturas. Los propios fabricantes han lanzado sus servicios postventa como clara apuesta por la fidelización de sus clientes, con ejemplos tales que el mantenimiento de Volkswagen Longdrive, Ford Pass Connect, BMW Charging para sus coches eléctricos, o concesionarios que se adelantan a sus marcas y, como en Ford Zaragoza Car, plantean una oferta de neumáticos en suscripción.
Sin embargo, no sólo hemos cambiado el modelo de uso de los coches, sino que las motocicletas y bicicletas han experimentado el mismo fenómeno. Plataformas como Moty en Valencia, Cooltra distribuida por todo el territorio nacional, Seat Mo o PandaGo en Barcelona, tanto para particular como motos de reparto para empresas, Bive+ en ambas ciudades, o MotoUniverse con Ducati para fin de semana en Gerona, son ejemplos de esta nueva realidad.
La propia oferta de seguros ha tenido por necesidad, y gracias a la tecnología, que adaptarse a modelos más flexibles vinculados al uso real de los vehículos, así, seguros específicos de movilidad como Klinc de Zurich, han lanzado al mercado una oferta que se alinea por fin a las necesidades de los usuarios. Tenemos incluso iniciativas que fomentan la formación continua sobre la movilidad, en un modelo de suscripción para empleados de empresas, tal y como propone Moviam.
Un paso más ha sido el uso compartido, con el aumento de oferta en carsharing, el coche compartido, como proponen plataformas como emoV y Zity en Madrid, Ubeeqo en Barcelona, o Free2Move, Hello y Amovens también con servicio a nivel nacional.
Lo acompañan el motosharing y bikesharing, con propuestas desde hace más de 10 años por parte de los ayuntamientos de las principales ciudades y municipios principalmente enfocados a compartir el uso de la bicicleta, hasta la salida de plataformas flexibles como Wifly en Madrid, la oferta de Cabify Movo, Tucycle, o la catalana Kleta, con bicicletas y patinetes ya disponibles en diferentes ciudades. El motosharing es ya una realidad para miles de usuarios con, por ejemplo, Acciona en Sevilla y Valencia, la valenciana Molo, o Yego en Barcelona y Valencia.
Hoy en día, las plataformas de promoción de la suscripción como Suscraib, o la gestión integral de las mismas con la flexibilidad y capacidad de coordinar cientos de miles de transacciones, como Zuora, han permitido la transformación de la oferta y la expansión de esta tendencia, generando nuevas oportunidades de negocio a aquellos productos y servicios tradicionales que deben adaptarse a las nuevas demandas de los consumidores.
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